Hace 14 años era una estudiante universitaria de administración de empresas, trabajaba en el sector financiero de día y estudiaba de noche, soñaba con ser profesional y tener un negocio, pero no sabía de qué, hasta que un diciembre pensando en conseguir otras fuentes de ingreso pensé en vender torta de vino personal a mis amigos y conocidos, fue así como me enamoré de la idea de tener una fábrica de repostería, jaja nadie creía en ese sueño pues no tenía idea de hacer pasteles, ni capital para empezar un negocio. Fueron muchos años de trabajo intenso, de momentos difíciles y momentos felices para lograr esta fabrica de amor llamada TORTITAS CON AMOR. Hoy soy profesional, madre de un hermoso hijo, esposa y empresaria, así que si tienes un sueño trabaja duro y con pasión que ¡todo es posible!